martes, 28 de mayo de 2019

Blaise Pascal




Blaise Pascal fue un polímata, matemático, físico, teólogo, católico, filósofo y escritor francés. Sus contribuciones a la matemática y a la historia natural incluyen el diseño y construcción de calculadoras mecánicas, aportes a la teoría de probabilidad, investigaciones sobre los fluidos y la aclaración de conceptos tales como la presión y el vacío. Después de una experiencia religiosa profunda en 1654, Pascal se dedicó también a la filosofía y a la teología. 
Pascal inventó la “rueda de pascal” o Pascalina, considerada como una de las calculadoras más antiguas. Inicialmente solo permitía realizar adiciones, pero en el curso de los diez años siguientes añadió mejoras, siendo finalmente capaz de hacer restas. Pascal la hizo patentar, pero no se cumplieron sus expectativas de hacerse rico comercializando su invento por medio de una pequeña empresa de su propiedad. Las máquinas, trabajosamente confeccionadas una a una y a mano, eran demasiado caras como para poder venderse en volúmenes mayores y solo llegó a fabricar cincuenta, de las que subsisten nueve. 
En 1646 repitió con éxito los ensayos que Evangelista Torricelli había realizado en 1643 para demostrar la existencia del vacío, la que hasta entonces se había considerado como imposible. 
Pascal también tenía discusiones acerca del modo de ganar en los juegos de azar, un pasatiempo típicamente de nobles. Esto lo llevó a dedicarse a la teoría de probabilidad, estudiándola en su intercambio epistolar con el juez de Toulouse y destacado matemático Pierre de Fermat. Analizaron principalmente los juegos de dados. Al mismo tiempo, Pascal se ocupó de otros problemas matemáticos, publicando diversas obras acerca de el triángulo de Pascal y los coeficientes binomiales, la inducción matemática, el orden de los números y las combinaciones de números.
Calculó la superficie de la cicloide con los métodos de Cavalieri, así como el volumen del sólido de rotación que resulta de una rotación de la cicloide alrededor del eje de las x. Después de haber hallado la solución él mismo, ofreció un premio a quien resolviese el problema, lo que le significó recibir numerosas propuestas (insuficientes) así como desarrollar una intensa polémica con un descontento.
Su salud deteriorada empeoró cada vez más deprisa en esos años, principalmente a consecuencia de su modo de vida extraordinariamente ascético, que lo debilitaba más.
Murió en 1662 con tan solo 39 años.


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